En el segundo artículo de la serie del conflicto entre genes y cultura hice una introducción a la evolución cultural y expliqué cómo había surgido la cultura y por qué la acumulación cultural era la ventaja evolutiva más importante del ser humano. Si no lo leíste, te recomiendo que lo hagas antes de continuar.
Hoy voy a explicar cómo ocurre exactamente la evolución cultural. Veremos que en algunos aspectos es casi idéntica a la biológica y en otros completamente distinta. ¡Empecemos!
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¿Cómo sucede la evolución cultural?
La evolución biológica es lenta. En periodos de tiempo de cientos o miles de años los cambios suelen ser pequeños y casi imperceptibles. Los grandes cambios suelen ocurrir tras decenas o cientos de miles de años. Por el contrario, la cultura evoluciona de veloz. Hace unos dos millones de años su progresión era muy lenta, pero durante los últimos milenios ha habido una explosión de cambios y la cultura va siempre varios pasos por delante de la biología. No quiero adelantarme a los futuros artículos, pero esto ya nos da una pista de por dónde pueden venir los conflictos entre biología y cultura. Aún así, hay que decir que los genetistas han detectado una aceleración de la evolución biológica durante los últimos 40000 años, seguramente provocada por la aceleración en la evolución cultural y en el crecimiento demográfico.
En las últimas décadas los expertos en evolución cultural han estudiado mediante modelos matemáticos, análisis etnográficos y experimentos de laboratorio, cómo las culturas humanas han ido surgiendo y transformándose a lo largo del tiempo. Lo que han podido ver es que existen algunas similitudes con el funcionamiento de la evolución biológica. Las principales son la selección natural, la herencia y las mutaciones. Vamos a analizarlas.
Selección natural y herencia
La selección natural actúa en la evolución cultural de modo muy parecido a como lo hace en la biológica. Sigamos con el ejemplo del artículo anterior en el que hablaba del desarrollo de los iglús. De todas las tribus de inuit, aquella que empezó a crear respiraderos en sus iglús tendrá habitantes más saludables ya que evitarán que se acumulen gases nocivos dentro de la vivienda. La selección natural puede actuar como la biológica. Esto es que los individuos que adopten esta innovación vivirán más años y tendrán más hijos que heredarán su conocimiento. Pero en realidad es mucho más potente porque la transmisión no solo se hace de padres a hijos sino que cualquier visitante que venga de fuera de la aldea puede aprenderla y propagarla rápidamente en su propia tribu.
Si en la evolución biológica los genes más aptos pasaban de padres a hijos, en la cultural los elementos culturales más aptos pasan a las siguientes generaciones y también a los vecinos, amigos y otros grupos. En las últimas décadas gracias a internet, el comercio global, la TV y los vuelos internacionales baratos la cultura se propaga más lejos y rápido que nunca.
Mutaciones
En la evolución biológica los cambios se producen por recombinaciones del ADN de los padres y por mutaciones aleatorias que ocurren muy de vez en cuando en las células sexuales. En la evolución cultural la transmisión de información es mucho menos precisa. Rara vez imitamos de forma perfecta o aprendemos con todo rigor aquello que nos están enseñando. El vecino inuit que vio como los del poblado vecino tenían agujeros en el lateral de las paredes del iglú pudo copiarlo pero sin tener en cuenta la ubicación del mismo. Cuando llegó a su aldea hizo un agujero en el techo de su vivienda y los demás empezaron a copiarle. Gracias a ese error de copia y sin ser consciente, había innovado. Pero como es habitual, la mayor parte de las innovaciones no prosperan y pronto vieron que hacer un agujero en el techo no era muy buena idea porque la nieve entraba en la vivienda. Estas mutaciones culturales ocurren constantemente. Puedes apreciar este fenómeno en la evolución de las lenguas. Si lees un texto en castellano antiguo te costará bastante entenderlo porque en cierto modo era otro idioma.
Innovaciones guiadas
La cultura entre grupos difiere como el ADN entre personas. No hay dos culturas iguales. La diversidad existe porque los grupos permanecen hasta cierto punto herméticos y sus culturas evolucionan independientemente. Si analizamos la cultura de dos poblados inuit que viven en un territorio similar, veremos que son diferentes. Las innovaciones individuales dentro del grupo introducen cambios paulatinos. Por ejemplo, en algún momento un inuit creó un agujero en la pared de su iglú. Pudo hacerlo por un error en la construcción de la vivienda, por casualidad o porque vio que el humo se acumulaba dentro. Los cambios culturales a veces son aleatorios (mutaciones) y otras veces dirigidos, intencionales. En esto se diferencian mucho de las mutaciones biológicas que siempre son aleatorias. Gracias a ello y a una transmisión en todas las direcciones la evolución cultural es mucho más rápida que la biológica.
El aprendizaje social
Pero espera… hay algo importante que nos hemos dejado en el camino. ¿Por qué el vecino copiaría el agujero del iglú sin más? ¿Somos imitadores sin alma? ¿Repetimos sin más lo que vemos? ¿Aceptamos todo lo que nos cuentan?
Pues no, y para mí ese es uno de los aprendizajes más valiosos de la teoría de la evolución cultural. Copiar sin más no es la mejor estrategia. Aprender tiene un coste y no todo lo que aprendemos de los demás es útil para nosotros.
Como era de esperar los seres humanos hemos desarrollado ciertos comportamientos o sesgos que nos ayudan a aprender lo que probablemente sea más adaptativo.
El sesgo de prestigio y de éxito
En todas las sociedades, incluso en las más igualitarias, los individuos tienen distintos niveles de estatus. Parte del estatus depende del prestigio, que a su vez depende de las competencias de la persona en un área. De forma natural los humanos tendemos a imitar a los mejores en cada campo. Si quiero ser un gran constructor de iglús me fijaré en el mejor constructor de la tribu. Además, vemos el éxito como un indicador de saber hacer las cosas. Creemos que si un escritor ha tenido éxito de ventas es porque es bueno. Para un aprendiz es difícil evaluar la calidad de un escritor profesional por lo que le resulta más sencillo fijarse en si vende muchos libros y es conocido. Esto provoca que algunas personas se hagan famosas por el simple hecho de ser famosas. Este curioso fenómeno ocurre así: Alguien o algo tiene éxito accidentalmente y atrae la atención de los medios de masas. Eso le hace más famososy cada vez se le presta más atención. Así, nos encontramos con famosos que nadie entiende bien por qué lo son ya que sus competencias no respaldan esa fama.
El aprendiz no sabe qué comportamientos han llevado al éxito a la gente que admira, por lo que imita todo de ellos: cómo viste, cómo se comporta, sus ideas políticas, etc. Los psicólogos llaman a esto efecto halo. De hecho, se sabe que cuando estamos en una habitación con alguien de alto prestigio imitamos su voz, sus gestos…
La homofilia
Tendemos a imitar a las personas prestigiosas pero esto no es suficiente. El inuit de esta historia no imita a cualquiera que tenga prestigio, se fija en aquellos que son similares a él: otros inuit de edad parecida o algo mayores (por aquello del estatus) y del mismo sexo. Esto ocurre así porque tiene más sentido aprender de los que son como tú. Aquellos que comparten tu cultura, que probablemente tengan problemas similares a los tuyos y con los que te puedes entender. Así, si eres un joven español que busca referentes intelectuales lo normal es que sigas al filósofo millenial Ernesto Castro antes que al místico indio Krishnamurti.
El sesgo de conformidad y el de rebeldía
Debido a lo fácil y rápido que cambia y se transmite la cultura podríamos pensar que es algo inestable y frágil, pero no lo es. Los inuit siguen hablando el idioma que hablaban hace cientos de años y sus iglús y sus ropas son muy similares a como eran. El Cristianismo pese a sus 2000 años de historia sigue vigente con miles de millones de seguidores en todo el mundo. ¿Por qué?
Joseph Henrich, profesor de Harvard atribuye esta estabilidad a la conformidad social en su libro The Secret of our Success.
La disidencia dentro del grupo está muy mal vista. Hemos evolucionado para ser cotillas, controlar a los demás, ser envidiosos, evitar la envidia de los demás y cumplir las normas. Sí, a pesar de lo que puedas pensar somos básicamente conformistas y no queremos llamar mucho la atención porque eso puede ser castigado con el desdén, la burla o incluso el ostracismo.
La innovación cultural es necesaria, sobre todo en periodos de cambio, pero demasiada desestabilizaría al grupo. Cuanto más parecidos son los miembros de un grupo entre sí mayor es su cohesión. Los rituales de caza, las fiestas, las tradiciones religiosas, son muy importantes para mantener al grupo unido. Compartir cultura, incluso cuando algunas prácticas culturales sean absurdas nos une a los demás. Un inuit que se salta las normas sociales del matrimonio, aunque esas normas no estén escritas ni nadie se las haya explicado, está en el punto de mira del resto. ¿Qué pasaría si los demás empezasen a hacer lo mismo? Costumbres milenarias acabarían desapareciendo. ¿Y eso es importante? Seguramente sí. Pese a nuestra mentalidad moderna y cosmopolita que a menudo rechaza las tradiciones, muchas de ellas tienen una razón de ser aunque ya nadie lo recuerde.
Bueno, ¿pero qué pasa con los grandes genios, los disidentes que han cambiado el mundo?, gente como Galileo, Newton, Lutero, Einstein o Martin Luther King. La inquietud intelectual también forma parte de nuestra naturaleza. Queremos explorar y probar cosas nuevas. Desafiamos a nuestros padres y a nuestros mayores. Buscamos destacar entre la multitud. Sí, parece una contradicción, pero tanto la conformidad de grupo como el comportamiento rebelde son parte de nuestra naturaleza. Seguramente porque ambas nos han hecho llegar a donde estamos.
Sesgo de contenido
No todas las ideas, innovaciones o prácticas son igual de atractivas. Para empezar porque tenemos ciertas preferencias biológicas. Nos gustan más los alimentos dulces que los amargos, así que si viajas por el mundo enseñando a hacer pasteles seguramente tendrás más éxito que si enseñas a preparar batidos verdes. También tenemos preferencias culturales, aprendidas. La cultura tiende a mantenerse constante en el tiempo, por lo que todo aquello que venga de fuera y sea muy distinto será difícil que arraigue. Como expliqué en el artículo sobre el origen de la religión, las religiones tienen una ventaja clara a la hora de extenderse. Su mitología fantástica, sus milagros y sus grandes héroes son muy atractivos para nuestras mentes deseosas de historias interesantes.
Resumen
La evolución cultural y biológica no pueden separarse la una de la otra, forman parte del mismo proceso. Se realimentan mutuamente en un bucle sin fin donde es difícil saber qué ocurrió antes (el famoso problema del huevo o la gallina). Además, comparten características como la selección natural, la herencia y las mutaciones, pero la analogía no deben llevarse demasiado lejos porque las diferencias entre ambas son sustanciales. la evolución cultural es ágil, rápida y se mueve en todas las direcciones. También cumple ciertas reglas de propagación, pero no son tan rígidas como las de la evolución biológica.
Gracias a que empezamos a vislumbrar cómo evolucionan las culturas podemos comprender mejor el comportamiento humano. Podemos entender por qué unas culturas se imponen a otras. Por qué desaparecen cientos de lenguas en el mundo mientras que el inglés lo habla cada vez más gente. También podemos comprender por qué a pesar de que el mundo cambia cada vez más rápido, ciertas costumbres, religiones y creencias siguen firmemente arraigadas en nuestra mente.
Ahora que ya sabes cómo funciona la evolución biológica y la cultural, estás preparado para el próximo artículo de la serie en el que entraré de lleno en los conflictos entre cultura y genes. Te espero.
Javier dice
Muchas gracias. ¡Es muy interesante!
Pero ese conflicto entre cultura y genes me tiene intrigado desde hace algún tiempo.
Val dice
Ahora me tomaré un descanso con esta serie, pero dentro de una semanas retomaré 🙂
Eduardo dice
Hola Val, ¿publicaste al final el artículo que sigue a este?
Val Muñoz de Bustillo dice
Hola Eduardo. Lo hice, aquí lo tienes: https://www.polymatas.com/genes-vs-cultura-conflicto-real/
Saludos!
Eduardo Cabrera dice
¡Gracias, Val!
Me encantaron los tres primeros, luego leeré este.
¡Saludos!