¡Hola Polymata! El siguiente es un artículo escrito por el Super-mecenas de la Biblioteca Polymata, emprendedor, meditador y gran conocedor de Sam Harris, Santi Caufapé. Se ha encargado de escribir este maravilloso texto de introducción y también me ha acompañado en las charlas complementarias. ¡Te dejo con él!
Sam Harris es un autor y pensador estadounidense, filósofo y neurocientífico de formación. Un intelectual alejado de convencionalismos y que resulta muy interesante por motivos bastante diversos. En este artículo trataré de desgranarlos, uno por uno.
Si te atraen la valentía y la honestidad intelectual, el cuestionamiento constante acerca de qué significa vivir una vida plena y ética, la complementariedad entre las distintas áreas del conocimiento, la comprensión de la consciencia, de la realidad y de la sociedad humana, la racionalidad o el pensamiento crítico, no dudes en seguir leyendo.
Si quieres ver la primera charla de la serie antes de leer el artículo, la tienes aquí a continuación. Esta charla introducimos a Sam Harris y por qué nos parece un autor tan importante. Además, profundizamos en su tesis de que el libre albedrío es una ilusión.
Si lo prefieres, puedes escucharlo en iVoox, Spotify, Apple o Google.
¿Cómo se dio a conocer?
En 2004 publicó The End of Faith (El Fin de la Fe), en la estela dejada por el 11-S. Un libro crítico con las religiones, pero, en especial, con sus elementos dogmáticos y sus derivadas más nocivas, como los fundamentalismos.
El libro se convirtió en un best-seller, al que iban a seguir varios más, acerca de diferentes temáticas. Esos libros, junto a su Podcast, Making Sense, o a su App, Waking Up, iban a posicionarle como un intelectual influyente.
¿Qué le hace distinto?
Nos encontramos frente a un pensador que, más que por los temas que aborda, que probablemente también, puede resultar atractivo por aspectos que tienen que ver, quizás tanto o más, con su forma de pensar o actuar. Estos son algunos de ellos:
- Pensamiento independiente: Mediante un modelo de suscripción, ha logrado en su podcast ser independiente de anunciantes, plataformas, haters y demás cuerpos celestes dañinos, haciendo posible con ello una voz libre y sin cortapisas a la hora de expresar sus argumentos. No es cancelable, y eso confiere a muchas de las cosas que hace una marca especial. Lo cual incluye alejarse, por ejemplo y cuando el caso lo requiere, de lo políticamente correcto o de lo aceptado mayoritariamente sin más.
- Valentía: Harris no se arredra si la cuestión lo merece. Si importa para el interés general, importa. Esto le ha colocado en el punto de mira de algunos colectivos, entre ellos el fanatismo religioso de distinto signo o la izquierda y derecha más radicales. Por otro lado, en ocasiones, ha supuesto también correr el riesgo de no agradar a una audiencia más amplia, por el hecho de debatir temas sensibles pero que considera que deben ser discutidos abiertamente.
Veamos un ejemplo que ilustra estos dos primeros puntos.
En 2020 tuvo lugar el lamentable homicidio de George Floyd a manos de un miembro de la policía de Minneapolis. Se sucedieron en seguida manifestaciones bajo el lema Black Lives Matter, algunas de ellas violentas, y los ánimos estuvieron extremadamente caldeados durante semanas.
En este contexto, podría sorprender la forma en que abordó el tema en su Podcast. Por un lado, criticando con dureza la radicalidad de los disturbios, pero sobre todo, porque, analizando el tema con datos en la mano, las cosas parecían no resultar tan simples.
Divulgó, un par de cifras ilustrativas:
- En caso de detención de una persona blanca, la probabilidad de muerte del detenido, o de que éste reciba un disparo, resulta ser superior a cuando es negra.
- Existen ciudades donde más del 90% de víctimas negras son a manos de policías negros.
Datos que, como mínimo, hacían pensar.
Esto no significa que el racismo no sea una lacra horrible. Es evidente que persiste un problema de racismo en EEUU y que existe una herencia gigantesca de sufrimiento, procedente del pasado. Aun así, incluso ante un tema tan sensible y complejo, proponía atender a los datos o ver las tendencias, para disponer de una imagen lo más completa posible de la cuestión a debate. También para no caer en la batería de potenciales sesgos cognitivos, como el de confirmación o el de disponibilidad, que podían nublar el juicio público al presenciar repetidamente en redes las impactantes imágenes del homicidio de Floyd.
- Calidad y claridad de razonamiento: El modo en que formula los argumentos en debates o ensayos suele ser eficaz y muy articulado. Si estás interesado en el pensamiento crítico, te resultará especialmente atractivo.
- Implicación: Consciente de su influencia, ha apostado varias veces por causas alineadas con su ética y su concepción del interés general. En ocasiones, lo ha hecho tras conocer mejor esas causas en las propias conversaciones con sus invitados.
Movimientos globales, como el altruismo eficaz, que multiplicó las donaciones recibidas a raíz de las conversaciones mantenidas con William MacAskill, uno de sus fundadores, o proyectos más concretos, como el del documental Unredacted, han sido ejemplos de ello. Este documental, dirigido por Meg Smaker, pasó de recibir excelentes críticas a ser retirado de festivales y cancelada, su directora, en todos los medios. El motivo de la cancelación fueron las durísimas presiones desde sectores pro-islamistas, a pesar de que éstos reconocían no haber visto la película ni tener interés en ello. Irónicamente, ésta daba una visión empática de los yihadistas encarcelados en Guantánamo. En medio de este episodio, mezcla de absurdo y de pánico moral, y tras el apoyo económico y divulgativo de Harris, el documental recaudó 750.000$ en donaciones por parte de su audiencia y pudo ser estrenado.
¿Cuáles son algunas de sus ideas clave?
Las áreas de interés de Harris son muy variadas, pero presentan un hilo conductor, que acaba siendo el de la consecución de una vida plena, individual y colectiva.
Esto implica, por un lado, un énfasis en los aspectos morales, espirituales, psicológicos y filosóficos, que hagan posible la realización de nuestro potencial de una forma creativa y aportando a la sociedad; por otro lado, una reflexión continua acerca de cuáles son los temas que más nos deben preocupar, a nivel individual y grupal, para que eso sea posible. Aquí entran desde aspectos políticos hasta todos aquellos que sean de alcance colectivo, como la tecnología o el riesgo existencial.
Podríamos considerar a Harris, en este sentido, como un activista, aunque de una categoría un tanto especial. Se trata de alguien comprometido y con ideas claras, pero que considera imprescindible mantener conversaciones abiertas, sinceras y constructivas acerca de estos temas, dado lo mucho que hay en juego.
En este caldo de cultivo surgen muchas ideas, por lo que es difícil sintetizar. De todos modos, estas son algunas de las que suelen ser recurrentes:
Meditación y Espiritualidad
Empezaremos con un tema poco convencional, pero que es de crucial importancia para Harris. Aunque en función del punto de partida de cada persona puede resultar algo complicado captar el concepto en todas sus vertientes, es el fundamento sobre el que edifica el resto de su pensamiento.
Harris ha dedicado mucho de su tiempo a la cuestión espiritual. La concibe como una espiritualidad laica, que puede entenderse como un modo de vivir y de comprender el mundo y nuestra experiencia, alejada en todo momento de cualquier connotación religiosa, dogmática o acientífica.
Su propia búsqueda le llevó a realizar una parada de más de 10 años, durante los estudios universitarios, en los que viajó con frecuencia a India y Nepal para estudiar meditación con distintos maestros. Fruto de todo ese proceso es ese concepto de espiritualidad, que desarrolla en el libro Waking Up y en la App del mismo nombre.
Es difícil y prácticamente temerario resumir las tesis que ahí se desarrollan, pero destacaré, al menos, su elemento central y que constituye el eje alrededor del cual pivota su pensamiento y reflexiones sobre la materia.
En esencia, Harris propone una definición de espiritualidad basada principalmente en deshacer la ilusión del “Yo”. Con este “Yo” se refiere siempre a la intuición que tiene una persona de que existe un “Yo” en el centro de la experiencia.
Dedicamos el tercer capítulo de la serie a la Ilusión del Yo.
No existe ese “Yo”. Es una ilusión, como la de no percibir el punto ciego de la retina. Una ilusión útil, eso sí, pero una ilusión. El “Yo” es sólo una idea más que aflora en nuestra consciencia. Existe la experiencia. Existe una consciencia vasta en la que tiene lugar esa experiencia. Pensamientos o sensaciones son proyecciones que tienen lugar en la consciencia, pero la esencia de ésta, como ocurre con un espejo o una pantalla, nunca se ve alterada por su contenido. La consciencia es lo único que somos, lo único que podemos afirmar categóricamente que existe, y el lugar en el que residir y descansar.
La ausencia de “Yo”, que, de hecho, forma parte importante, en la concepción budista, de una de las tres características de la realidad -la denominada Anatta-, cobra una relevancia capital en su cosmovisión. Su importancia radica en que la considera no sólo un elemento profundamente liberador desde un punto de vista psicológico sino una excelente manera de comprender la continuidad entre el ser humano y el conjunto de la realidad, la no separación, con las consiguientes derivadas, especialmente éticas, que esto comporta.
En línea con lo anterior, su forma de entender la meditación es la de un entrenamiento de nuestra mente que nos permita no solo vivir mejor nuestra experiencia del día a día sino, especialmente, reconocer y permanecer en esa visión profunda que tiene lugar cuando rompemos la ilusión del “Yo”. Veamos esto, en más detalle.
Harris es un firme defensor de la práctica de la atención plena y la meditación como medio para lograr la claridad mental, la comprensión de la realidad, el bienestar emocional y el crecimiento personal. Escribe y habla extensamente sobre los beneficios de estas prácticas, y lo hace basándose tanto en la investigación científica como en sus conocimientos y experiencias personales.
No obstante, va un poco más allá de lo que suele ser habitual, ya que propone lo que denomina un Mindfulness no dual, que, aun cuando comparte premisas con el Mindfulness dualista tradicional, enfoca el proceso de manera algo distinta.
El Mindfulness no dual, que estaría en la línea de tradiciones como el Dzogchen tibetano o el Advaita Vedanta hindú, significa partir de la premisa de que no existe un “Yo” que tiene una experiencia “mindful”, esto es, una experiencia atenta y orientada al presente. No existen, a la vez, el “Yo” y la experiencia. Existe sólo esa experiencia. No existe distinción entre sujeto y objeto. No existe un pensador que tiene pensamientos. Existen solo los pensamientos. Todo eso es lo que hay que investigar, observar y comprender.
Es posible que todo esto pueda sonar, cuando menos, un tanto extraño, por no decir confuso. Es lógico. Estamos, de entrada, ante conceptos sobre los que no estamos habituados a reflexionar. Lo único que puedo decir, ya a título personal, es que esta forma de pensar alteró profundamente la gran mayoría de mis propios esquemas sobre estas cuestiones, así como las que se desprenden de ellas, como, por ejemplo, las derivadas éticas. Hizo falta, eso sí, un cierto tiempo para que las ideas fueran calando. Para todo ello, resultaron inestimables tanto el libro Waking Up como, en especial, los cursos, conversaciones y demás contenidos que se despliegan en la App del mismo nombre.
El cuarto capítulo de esta serie lo dedicamos exclusivamente a la meditación.
Libre albedrío
Otro tema controvertido y, en buena medida, contraintuitivo. Por otro lado, muy enlazado con la idea anterior, la ilusión del “Yo”.
Para Harris, la sensación de tener libre albedrío es otra ilusión. Nuevamente, una ilusión útil desde un punto de vista práctico, pero igualmente una ilusión. No existe el libre albedrío ni desde un punto de vista filosófico ni biológico. Todas nuestras acciones están determinadas por factores fuera de nuestro control, como los genéticos y ambientales.
El determinismo, la idea de que todo lo que sucede es el resultado inevitable de eventos anteriores, es la única forma coherente de ver el mundo. Si rebobinamos el universo hasta el momento preciso en que una persona tomó una decisión, si todo se restableciera a ese momento exacto, incluido el cerebro y el entorno físico de la persona, la persona volvería a tomar la misma decisión. No hay lugar para una decisión diferente. Por supuesto, tampoco el azar, ya que, en ese caso, igualmente nos hallaríamos frente a la ausencia de libre albedrío. Discrepa también del denominado compatibilismo, defendido por filósofos como Daniel Dennett y que aboga por la reconciliación entre libre albedrío y determinismo.
Lo importante de este planteamiento, en cualquier caso, son sus implicaciones, sobre todo en lo que respecta a la ética y la responsabilidad moral. Profundizar en el concepto permite un nivel de empatía y comprensión mucho mayor tanto hacia nosotros mismos como hacia nuestros semejantes. También permite repensar nuestro concepto de la culpa o del mérito, o razonar que un sistema judicial y penal justo es aquel orientado mucho más hacia la rehabilitación que hacia el castigo. Conviene crear condiciones sociales y ambientales que promuevan el bienestar y reduzcan el sufrimiento, en lugar de castigar o señalar a las personas por sus «decisiones».
La Consciencia
Para completar las dos ideas anteriores, es necesario hablar de la consciencia, a la que Harris alude con frecuencia.
Se trata del elemento central de la experiencia. Se trata, más aún, de la única verdad ineludible que podemos concebir. La consciencia, la experiencia subjetiva, es lo único que podemos afirmar con total seguridad que existe. Por ello, cualquier planteamiento acerca de la moral, la espiritualidad o el bienestar humano deben tomar siempre como punto de partida su capital importancia.
Ahora bien, a pesar de tratarse de algo irrefutable, nos encontramos frente a un fenómeno extremadamente misterioso y sobre el que la ciencia o la filosofía están todavía lejos de encontrar la mayoría de las respuestas. En especial, la denominada “el problema difícil de la consciencia” -término acuñado en 1995 por David Chalmers-, y que se cuestiona cómo es posible que ciertos fenómenos físicos que tienen lugar en el organismo puedan dar lugar a una experiencia subjetiva.
Son muchas las conversaciones que mantiene con diversos autores alrededor de la consciencia, debatiendo por ejemplo acerca de las distintas formulaciones del problema, que abarcan desde la Teoría de la Integración de Información hasta el Panpsiquismo. Y aunque, precisamente por lo esquivo del tema, no es posible llegar a conclusiones determinantes, resulta estimulante escuchar todas esas deliberaciones, así como reflexionar uno mismo acerca de la importancia fundamental de la consciencia en nuestra realidad vital y en nuestro bienestar.
El segundo capítulo de esta serie lo hemos dedicado exclusivamente a la consciencia y al inconsciente.
Moralidad y ciencia
En The Moral Landscape, Sam Harris expone buena parte de su pensamiento al respecto de la moralidad.
Discute que las cuestiones morales deban dirimirse únicamente en el terreno filosófico o religioso y argumenta, en cambio, que la ciencia puede y debe proporcionar una base objetiva para la moralidad.
En su planteamiento, los valores morales están arraigados en el bienestar de las criaturas conscientes y sintientes y que, por tanto, las preguntas morales tienen respuestas correctas, relacionadas con ese bienestar. No es un asunto subjetivo y que debamos basar en la opinión personal, sino que existen respuestas objetivas y demostrables sobre lo que es moralmente correcto o incorrecto, en función de cómo afecte al bienestar o al sufrimiento.
Existe un “paisaje moral”, con sus picos y valles, incluyendo los culturales, correspondientes a las diferencias en el bienestar de las criaturas conscientes. Y ese paisaje puede ser explorado en el contexto de una ciencia de la mente y de la neurociencia.
Solo admitiendo que existen respuestas correctas a las cuestiones morales, y que la ciencia y la razón tienen mucho que aportar en ello, podremos avanzar hacia una concepción universal de los valores humanos, tomar decisiones éticas informadas y mejorar el bienestar de la humanidad.
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Inteligencia artificial
La IA tiene el potencial de brindar beneficios a la sociedad, como una mayor eficiencia y productividad o una mejor toma de decisiones. Pero es crucial minimizar sus riesgos, dado lo mucho que hay en juego.
Es necesaria su alineación con los valores humanos, dotarla de la máxima seguridad o evitar la imprevisibilidad, algo que no es precisamente un punto fuerte en nuestra especie. No tanto por la posibilidad de que una IA quiera causar daño, al estilo Skynet, sino por la cantidad de elementos que pueden quedar fuera de control o no haber sido anticipados. Si hablamos de una Superinteligencia Artificial, esto puede suponer problemas no precisamente menores.
Por otro lado, muestra su preocupación por la cuestión temporal. El margen de tiempo hasta que surja una Super-IA es de esperar, en muchas opiniones expertas, que sea de unas pocas décadas. Sin embargo, nadie parece realmente preocupado. Si una civilización alienígena mandara un mensaje del tipo “Venimos a acabar con vosotros, en 50 años estaremos ahí”, la humanidad entera estaría ya colaborando de manera frenética. En cambio, estas cuestiones se dejan en manos de un conjunto relativamente limitado de ingenieros o corporaciones, en competencia feroz por llegar los primeros y con poco o ningún incentivo para la reflexión. Esto último es extremadamente delicado, más aún cuando su agenda podría no necesariamente estar alineada con el bienestar general.
Riesgo existencial
Más allá del asociado a la IA, es importante dedicar tiempo, recursos y acción política al conjunto de los riesgos existenciales que afrontamos como especie.
En este sentido, suele recalcar que, con datos en la mano, aunque el cambio climático es el que tenemos siempre más presente, así como también el más citado en los medios, el riesgo nuclear -muy especialmente-, la disrupción tecnológica -incluida aquí la IA-, o el terrorismo biológico -capaz de provocar pandemias mucho más letales que la del Covid-19- deberían preocuparnos bastante más, dada su mayor probabilidad y potencial destructivo en el corto plazo.
Las Creencias
Harris es un ateo declarado y un crítico de la religión organizada. Aun cuando reconoce que las creencias religiosas forman parte de la identidad de muchas personas y que proporcionan elementos importantes en el ámbito del sentido de la vida o del confort existencial, advierte de que existen muchos elementos que pueden hacerlas perjudiciales para la sociedad o el progreso.
En primer lugar, por la colisión entre razón y fe. La creencia en dogmas, tradiciones o escrituras procedentes de tiempos en los que el ser humano no había tenido acceso a la mayoría de nuestros conocimientos posteriores, en lugar de una creencia en la evidencia empírica, puede conducir a la ignorancia o la intolerancia.
Las creencias religiosas extremas, además, degeneran a menudo en la violencia, el conflicto y el sufrimiento humano, en lugar de evitarlos.
Finalmente, y en línea con lo que argumenta en “The Moral Landscape”, la religión no puede arrogarse la facultad de delimitar las cuestiones morales, cosa que ocurre con demasiada frecuencia.
La Guerra de las Ideas
Es consciente de la creciente polarización de la sociedad y de las dificultades que, en algunos ámbitos, empezando por los campus universitarios, existen para mantener debates abiertos en torno a determinados temas, que abarcan desde las ideologías políticas a los que se producen en torno a cuestiones como el género o la raza.
También, como no, del fuerte papel que están ejerciendo las redes sociales en el fenómeno de polarización. Nos sitúan a merced de algoritmos de recomendación que nos van encerrando, progresivamente, en cámaras de eco, aislados e impermeables frente a cualquier opinión que pueda ampliar o matizar nuestra mirada. Los incentivos perversos de los modelos basados en publicidad, por otro lado, que priman aquellos contenidos, opiniones y enlaces más extremistas o negativos, no hacen sino acrecentar el problema, convirtiendo el debate pausado en algo poco menos que inviable.
Su preocupación por las políticas de identidad o por la cultura de la cancelación es muy patente. Respecto de esto último, aun cuando ha creado un modelo para sí mismo que le hace resistente a ser cancelado, aborda la cuestión de forma recurrente. Ver carreras profesionales enteras arruinadas por la interpretación sesgada u oportunista de un tweet, un clip de audio sacado de contexto, o simplemente por salir en defensa de alguien que está siendo atacado injustamente, es algo que considera que debería preocuparnos enormemente. Nada menos que la libertad de expresión está en riesgo.
Armas y Violencia
Para este tema, y como en tantos otros casos, Harris considera que debemos estar dispuestos a tener conversaciones difíciles y a tomar decisiones, aunque resulten también difíciles, buscando siempre el bienestar general.
La opinión que expresa sobre el uso de la violencia contiene, por ejemplo, matices, ya que, para empezar, debe depender del contexto.
En general, defiende la no violencia y cree que ésta debe usarse sólo como último recurso. No obstante, critica también el pacifismo a ultranza, como una ideología que puede llevar a no defenderse a uno mismo o a los demás. Esto puede resultar especialmente grave en situaciones, incluidas las guerras, en las que se utiliza la violencia, a su vez, para perpetrar en ocasiones injusticias, muchas veces contra víctimas inocentes.
Yendo un paso más allá, expresa a menudo opiniones favorables, aunque nuevamente matizadas, acerca del uso de armas en la sociedad.
En general, considera que la disponibilidad de armas es un factor peligroso y que contribuye a la violencia y a los tiroteos masivos, por lo que deben existir regulaciones sensatas que eviten el acceso a las mismas por parte de personas peligrosas.
Ahora bien, también pueden tener un propósito legítimo para la defensa personal o, por qué no, el deporte. Por ello, aboga por un enfoque racional y basado en evidencia para definir la política de posesión de armas, en lugar de depender de posiciones ideológicas o de las emociones.
¿Dónde expone sus ideas?
Existen tres ámbitos, principalmente, desde los que Sam Harris difunde sus planteamientos.
- Libros a destacar:
- The End of Faith/El Fin de la Fe (2004). Una crítica de la religión organizada. Las creencias religiosas pueden resultar perjudiciales, dogmáticas y divisivas, y la humanidad está mejor cuando abraza la razón, la ciencia y los valores seculares.
- Letter to a Christian Nation/Carta a una Nación Cristiana (2006). Secuela del anterior, en forma de respuesta racional a las críticas recibidas desde sectores fundamentalistas.
- The Moral Landscape (2010). Reflexión acerca de la moralidad y de la posibilidad de sustentar en la ciencia muchas de las respuestas a sus preguntas.
- Lying/Mentir (2011). Breve ensayo que plantea los beneficios personales y sociales de algo tan simple como evitar la mentira, siempre y de forma consciente.
- Free Will (2012). Tanto el libre albedrío como el sentido del “Yo” -en inglés, “Self”- son ilusiones y Harris expone por qué.
- Waking Up/Despertar (2014). Mediante un recorrido por su propia trayectoria en el terreno de la meditación, desarrolla su concepción de una espiritualidad sin religión, enraizada en la razón y alejada de lo esotérico.
- Podcast (Making Sense). Con más de 300 episodios, y con un abordaje que conecta ciencia, filosofía o política, estos son algunos de los motivos que lo hacen especial:
- Comparte casi siempre el episodio con un invitado, pero no lo hace en forma de meras entrevistas sino de conversaciones, muchas de ellas con discrepancia sana.
- El tipo y la variedad de temáticas. El hilo de fondo es siempre el de debatir acerca de las cuestiones que más nos deberían importar, como individuos y sociedad. A partir de esta premisa, se discute sobre temas como la moralidad, la consciencia, una vida plena, inteligencia artificial, meditación, violencia, altruismo eficaz o riesgo existencial, entre muchos otros.
- Sus invitados suelen ser de una calidad fuera de lo común y, por ello, toda una fuente de descubrimientos. Harris, además, acostumbra a sacarles mucho partido.
- App (Waking Up). Una App sobre meditación diferente a todas las demás. De hecho, juega prácticamente en otra liga.
Su estructura y contenido son excepcionales y es difícil resumir aquí todas sus virtudes. De todos modos, estos son algunos elementos a destacar:
- Harris es un meditador experto y la meditación constituye un elemento central en su vida y su forma de pensar. Es algo que se percibe a cada momento, así como su implicación. Lo considera su proyecto más personal.
- En mi humilde opinión, basada en mi propia práctica de meditación desde hace años, Harris es de las personas que mejor ha entendido y explica la meditación en Occidente, sus fundamentos, y, todavía más importante, la profundidad de sus implicaciones.
- Quizás no sea la App ideal para comenzar en la meditación. Es algo que tal vez dependerá de cada persona. De todos modos, es un excelente complemento a la hora de comprender mejor o de profundizar en el tema.
- Cuenta con un contenido extenso y estimulante, que incluye cursos, conversaciones, o sesiones de preguntas y respuestas. No todo está únicamente relacionado con la propia meditación, ya que abarca reflexiones de carácter filosófico o una aproximación a la idea de cómo vivir una vida mejor y más plena, entre otros temas.
- Ideal para deshacer asociaciones de la meditación con lo New Age, lo mágico o lo esotérico.
- Es una App de pago. Sin embargo, la ofrece de forma gratuita, debido a la importancia que otorga a la meditación, a todo aquel que honestamente considere que no puede pagar por ella. Algo, sin duda, poco habitual.
- Pero… ¿Y redes sociales? ¿Está, por ejemplo, en Twitter? Pues resulta que no. En noviembre de 2022 y con más de un millón de seguidores, que se dice pronto, borró totalmente su cuenta y abandonó la plataforma. Expuso los motivos en su Podcast, pero, en esencia, tomó la decisión para no contribuir a alimentar el diálogo no matizado, así como a la crispación o la polarización. En sus propias palabras: “Twitter me estaba convirtiendo en la clase de persona que no quiero ser”.
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Su propia trayectoria personal y formativa resultan atípicas. A los 35 años era todavía un desconocido y andaba cursando el doctorado en neurociencia, tras una etapa previa marcada por períodos de entrega a la espiritualidad y la meditación. Como curiosidad, trabajó en una ocasión como guardaespaldas del Dalai Lama.
Sus tesis le posicionaron, tras publicar The End of Faith, como figura clave del denominado Nuevo Ateísmo, junto a Richard Dawkins, Christopher Hitchens y Daniel Dennett, autores eminentes en sus propios campos, pero, al mismo tiempo, ateos confesos. Juntos fueron denominados Los Cuatro Jinetes y sus charlas conjuntas sobre ateísmo se hicieron famosas y hasta virales. Existe un libro que las recoge.
Otra etiqueta que recibió sin pedirla (de hecho, decidió un día “devolver el carnet imaginario de ese colectivo imaginario”) fue la de perteneciente al IDW (Intellectual Dark Web), un conjunto de autores con influencia en redes sociales y que comparten una profunda inquietud por la tiranía de lo políticamente correcto, la cultura de la cancelación o el auge del posmodernismo, especialmente en los campus universitarios. Figuras como Jordan Peterson, Steven Pinker o Michael Shermer integrarían, para algunos, ese IDW.
Hablando de Peterson, el psicólogo canadiense, su primer debate conjunto en el Podcast podría formar parte de un homenaje a la falta de entendimiento mutuo. Se engancharon en el primer tema de discusión, “qué es la verdad” -no se anduvieron con pequeñeces-, y fueron incapaces de salir de ese bucle en dos horas. Harris incluso se disculpó con su audiencia, en el siguiente episodio, por el posible sopor experimentado. Afortunadamente, mantuvieron con posterioridad varios debates más, mucho más fluidos, algunos frente a auditorios repletos en distintas ciudades de Europa y Norteamérica.
Existen numerosos videos en Internet en los que aparece, pero se pueden destacar al menos tres: Por un lado, sus dos charlas TED, y, por otro, en un plano más anecdótico, el curioso encontronazo dialéctico con un alterado Ben Affleck en el programa del cómico Bill Maher, durante la gira de presentación del libro Waking Up. El video de esa discusión, que versó sobre religión e intolerancia, se hizo bastante viral.
Conclusión
Sam Harris es un autor y pensador influyente, que promueve la defensa de la racionalidad, el pensamiento crítico y la honestidad intelectual; que alienta a las personas a cuestionar sus creencias, a desafiar los dogmas y a participar en debates abiertos, constructivos y honestos para llegar a una mejor comprensión de la verdad, la realidad, la sociedad, y los problemas complejos que enfrentamos en nuestro mundo actual; y que nos invita, con todo ello, a construir, entre todos, una sociedad más justa y ética, así como a vivir una vida creativa y lo más cercana posible al florecimiento y a la realización de todo nuestro potencial.
Anexo. Recomendaciones.
Videos mencionados en el artículo:
Otros videos interesantes:
- BIG THINK. El “Yo”/”Self» es una Ilusión.
- BIG THINK. Rehabilitar la palabra “Espiritualidad”
- Entrevista CODE 2021. Aparte de la entrevista, destacar el tono de la conversación con la primera persona que pregunta, en las Q&A.
- Conversación con Lex Fridman.
Capítulos a destacar en Making Sense (Podcast):
- The Essential Sam Harris. Recopilación que arranca en noviembre de 2022 y va recorriendo distintos temas como Moralidad, Libre Albedrío, etc. Son varios capítulos.
- #32 – The Best Podcast Ever. Omer Aziz. El título es irónico. Ejemplo de intento fallido de establecer un debate con un adversario intelectual.
- #34 – The Light of the Mind. David Chalmers. Consciencia.
- #63 – Why Meditate. Joseph Goldstein. Meditación y Mindfulness.
- #102 — Is Buddhism True? Robert Wright. Meditación y Mindfulness.
- #111 — The Science of Meditation. Goleman y Davidson. Meditación y Mindfulness.
- The TED Interview. Octubre 2018.
Contenidos a destacar en Waking Up (App):
- Theory → Series → Fundamentals
- Theory → Series → Mysteries and Paradoxes
- Theory → Series → Free Will
- Theory → Question & Answers → Joseph Goldstein and Sam Harris I y II
- Theory → Question & Answers → Q & A with Sam Harris
- Practice → Introductory Course
Puedes ver la segunda parte de la serie en la que hablamos sobre la consciencia y el inconsciente aquí.
Montse Robles dice
Me ha encantado leer estas artículo. Gracias a Santi Caufapé por el buen trabajo, y gracias a los enlaces tengo material para aprender cosas que me interesan mucho, y en las que estoy bastante verde.
Gracias a Val Muñoz de Bustillo por polymatas y todo el conocimiento que me aporta, por el buen ritmo con que me llegan los emails que me aportan satisfacción por lo que me descubren y no me agobian.
Val Muñoz de Bustillo dice
¡Santi ha hecho un trabajo espléndido!
Espero que te guste también la charla que tuvimos (y las que tendremos).
Gracias por tu comentario, Montse.
Mikel Salazar dice
Muchas gracias Val y compañía, por vuestro trabajo.
En un principio Sam Harris solo me pareció ligeramente interesante, no era mi momento. Tras leer «Neurociencia del cuerpo: Cómo el organismo esculpe el cerebro» de Nazareth Castellanos, algo (creo que sitiar mi atención con el tema de la meditación) hizo que volviera a escucharos y esta vez me haya interesado muchísimo, en varios aspectos.
Gracias una vez más, por abrir puertas en la vida de quien te sigue.
Enrique dice
Buenas Val!!
Siguiendo la influencia de Sam Harris y, al hilo de este programa que Santi Caufapé y tú habéis elaborado sobre este autor, comencé a meditar, llevo un mes y medio aproximádamente, los resultados digamos que están por ver…sé que es pronto , medito 15 minutos al día. Un a de las cosas que me llamó la atención del programa, fue que tú le dijiste a Santi que te había venido muy bien meditar, pero que, actualmente , no lo hacías, si funciona ¿Por qué ya no meditas?. Es mera curiosidad y ganas de animarme a mi mismo a seguir meditando.
Gracias.
Un saludo!
Val Muñoz de Bustillo dice
Hola Enrique:
Pues no medito habitualmente porque me cuesta mucho hacerlo, no porque no lo vea super útil e importante 🙂
Un saludo!