Hoy comienza una nueva serie de artículos en Polymatas, algo que llevo tiempo queriendo hacer: hablar de los grandes polímatas de la historia que me inspiraron para llevar a cabo este proyecto: Leonardo da Vinci, Aristóteles, Charlie Munger, Isaac Newton, Benjamin Franklin, etc.
Hay múltiples biografías de todos ellos y mi intención no es repetir lo que ya se ha escrito. La visión de esta serie es un poco diferente, hablaré de los personajes, por supuesto, pero centrándome principalmente en su insaciable interés por múltiples campos y su capacidad para conectar aquello que parece alejado entre sí. Finalmente hablaré sobre los principios, ideas y marcos mentales que nos han legado y que todavía son importantes y de actualidad.
He decidido dedicar el primer artículo de la serie al que probablemente haya sido el polímata más grande de la historia, el padre de la razón: Aristóteles también llamado «El Estagirita», «El lector» y «El Primer Maestro».
¡Empecemos!
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La vida de Aristóteles
Quizás debido al inmenso legado que Aristóteles nos dejó y a su gran influencia en el mundo actual, a veces se nos olvida que vivió hace más de 2400 años. Y es que el paso de los siglos no ha hecho que sus ideas sobre lógica, ética, política o retórica pasen de moda.
Aristóteles nació en el 384 AC en Estagira. Como la mayor parte de los filósofos de aquella época, fue filósofo porque se lo podía permitir. Provenía de una familia de importantes médicos macedonios que pudieron pagarle la mejor de las escuelas de la antigüedad: la Academia de Atenas. Para que nos entendamos, estudiar en la Academia de Atenas sería el equivalente a hacerlo hoy en día en Harvard, bueno, en realidad algo más elitista, ya que en esa época no había tantas opciones como ahora.
El director de la Academia era el gran filósofo Platón, discípulo de Sócrates. Desde su llegada a Atenas con 17 años, Aristóteles destacó y se convirtió en uno de los discípulos preferidos de Platón. Platón llamaban a Aristóteles “El lector” por su gran avidez lectora en un tiempo en el que el aprendizaje se llevaba a cabo principalmente de forma oral.
Durante los siguientes 20 años Aristóteles permaneció en la Academia, primero como alumno y luego como profesor. Durante esta época se sabe que escribió algunos diálogos, al estilo de lo que hacía Platón, y quizás algunos escritos de divulgación, pero lamentablemente no se conserva ninguno de ellos. Los actuales estudiantes de filosofía teman estudiar los textos de Aristóteles porque lo que nos ha llegado hasta hoy son fragmentos sueltos y apuntes de su escuela, por lo que no están orientados al gran público, como sí lo estaba La República de Platón. Sin embargo, Cicerón decía que Aristóteles superaba a su maestro en la calidad de su prosa. Es una pena que sus textos de divulgación se hayan perdido porque seguramente harían las delicias de todos.
Durante su época en la Academia se cree que Aristóteles escribió parte de la Retórica, escritos que enseñaban cómo persuadir a las personas. Hoy estos escritos se pueden comprar editados en un libro que sigue tan vigente como entonces.
Con 81 años su maestro murió y Aristóteles aceptó la invitación de Hermias un antiguo amigo que en ese momento gobernaba la ciudad de Atarneo, en Asia Menor (actual Turquía). Durante su estancia allí, Aristóteles creó una academia al estilo de la de Atenas. Por desgracia para Aristóteles, a los tres años de su llegada Hermias fue hecho prisionero por los Persas y fue torturado para que desvelase secretos de Filipo II, rey de Macedonia. Al parecer Hermias guardó silencia por lo que terminó siendo crucificado. Aristóteles, trastornado por la violenta muerte de su amigo, se fue a la isla de Lesbos (en poder de los Macedonios) donde pasó dos años estudiando zoología y biología marina, uno de los campos en los que estaba más interesado. Según Armand Marie Legoi, autor del libro The Lagoon: How Aristle invented science, Aristóteles fue el primer biólogo y uno de los más grandes que ha existido.
En sus escritos de biología El Filósofo describió más de 500 especies. Era sistemático en sus observaciones e hizo descubrimientos de gran relevancia hasta nuestros días.

Este es uno de los primeros momentos en los que puede verse como Aristóteles se desvía de la filosofía platónica, centrada principalmente en “el mundo de las ideas”, para explorar el mundo natural. Se cree que pertenecer a una estirpe de médicos despertó en él, desde pequeño, un interés por el cuerpo humano y la biología, que influyeron en los estudios que desarrollaría durante su vida.

En 343 AC, un maduro Aristóteles de 41 años recibe la llamada Filipo II, rey de Macedonia, para que sea el tutor de su hijo Alejandro en la ciudad de Pella, capital del reino macedonio. Alejandro por entonces era un chaval de 13 años que acabaría cambiando el curso de la historia pocos años después. Para entender por qué Filipo II encomendó a Aristóteles una misión tan importante, hay que saber que Nicómaco, el padre de Aristóteles había sido su médico y también, que en esa época el filósofo ya era conocido como uno de los grandes maestros del momento.

Durante tres años Aristóteles enseña a Alejandro hasta que éste empieza a recibir su formación militar. Hay muchos debates sobre cómo de hondo calaron las enseñanzas del Estagirita en Alejandro. Unos dicen que la ética de la virtud hizo mella en el joven Alejandro mientras que otros piensan que no debió aprender mucho de su maestro porque le faltó prudencia en su conquista de oriente, una de las virtudes más ensalzadas por Aristóteles.
Unos años después un ya famoso Aristóteles vuelve a Atenas para fundar su escuela en el Liceo, un lugar que se usaba como gimnasio. Al contrario que la Academia, el Liceo era público y sus clases eran gratuitas. Como curiosidad, el Liceo estaba alquilado, ya que Aristóteles era extranjero en Atenas y los extranjeros no podían tener propiedades. Además de un lugar de enseñanza, el Liceo era un centro de investigación de ciencias naturales y tenía una gran biblioteca. No obstante Aristóteles es considerado como uno de los primeros coleccionistas de libros de la historia y su biblioteca como la primera gran biblioteca.
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Los escritos que nos han llegado de Aristóteles no son libros que él escribió. En su mayoría son recopilaciones de escritos y apuntes de sus discípulos del Liceo. Desgraciadamente la mayor parte de sus escritos se perdieron. Andrónico de Rodas, director del Liceo en el siglo I AC recopiló y organizó los textos que aún quedaban en lo que se suele llamar corpus aristotélico. Se cree solo se conserva un tercio de los escritos del Maestro. Cuando pienso en lo inmenso que es el corpus aristotélico y caigo en la cuenta de que la mayor parte de lo que escribió lo perdimos, no puedo dejar de admirarme ante su inmenso conocimiento.

(De Codex – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=38634497)
A la muerte de Alejandro Magno, en 323 AC, se cree que Atenas pudo convertirse en un lugar peligroso para los macedonios ya que Atenas había sido hasta entonces una colonia macedonia. Antes de correr la misma suerte que Sócrates, Aristóteles decidió exiliarse a Calcis donde murió al poco tiempo por una enfermedad del aparato digestivo con 61 años.

Su influencia en Occidente
Tras su muerte, Aristóteles se convierte en una gran fuente de sabiduría, en una influencia tal que sus ideas llegaron a ser dogma en la Baja Edad Media. Durante la época de dominio romano las escuelas estoica y epicúrea tienen más peso, aunque también hubo seguidores aristotélicos romanos. Durante buena parte de la Alta Edad Media, la mayoría de filosofía de Aristóteles queda enterrada. Los primeros en recuperarla son los filósofos árabes Al-farabi, Avicena y Averroes que llamaban a Aristóteles el “Primer Maestro”. Estos grandes polímatas dedicaron buena parte de sus vidas entre los siglos X y XII a estudiar los escritos del Estagirita.

En el siglo XIII Tomás de Aquino, influido por Averroes, recupera la filosofía aristotélica para el mundo Cristiano Occidental. Tomás de Aquino revisa la filosofía de Aristóteles y la convierte en la doctrina oficial de la Iglesia Latina. También se convierte en la referencia filosófica y científica para toda reflexión seria. Algunos descubrimientos científicos medievales se vieron frenados por no encontrarse en las ideas de Aristóteles. Pero poco a poco, las cosas van cambiando. Por un lado Lutero y su reforma cargan contra las ideas de Aristóteles y por el otro, la revolución científica del Renacimiento va haciendo mella en las ideas de filosofía natural que el maestro tenía sobre astronomía, física, biología y otras ciencias. Poco a poco fueron siendo sustituidas por otras ideas más rigurosas de científicos con una nueva forma de hacer ciencia como Galileo Galilei o William Harvey.
“Fue un gran hombre Aristóteles, porque sentó las reglas de la tragedia después de haber establecido las de la dialéctica, las de la moral y las de la política, destapando cuanto pudo el gran velo que cubría la Naturaleza.”
– Voltaire
Aún con todo, en el mundo contemporáneo su metafísica y sus ideas sobre ética, política, retórica y poética siguen siendo influyentes y en algunos casos totalmente vigentes. Solo su filosofía natural ha sido plenamente superada por la ciencia contemporánea.
Aristóteles, el polímata
Nunca nadie intentó abarcar tantos campos del conocimiento como Aristóteles. El Estagirita parte desde lo más abstracto: la Metafísica, donde definió los primeros principios de la filosofía, aquellos que no pueden ser demostrados y que parten de la intuición. Estos primeros principios fueron imprescindibles como base para el resto de disciplinas en las que trabajó. Además creó la lógica, una herramienta fundamental para razonar y pensar de forma científica.
Aristóteles estaba muy interesado por el mundo de la biología y la zoología, creó una clasificación de los animales que permaneció vigente hasta el siglo XIX. Su forma de trabajar consistía en recoger especímenes y describirlos con todo detalle. También investigó el mundo inerte. Estudió astronomía, física y geología. Y por supuesto, también dedicó muchos de sus esfuerzos a las ciencias sociales escribiendo tratados de ética y política. Consideraba la política como la ciencia práctica más elevada, esto le llevó a hacer un esfuerzo titánico recopilando en su biblioteca más de 150 constituciones de diferentes polis.
Le gustaba la poesía y también fue uno de los primeros críticos literarios que estudió la estructura de las tragedias, epopeyas y comedias. Estos textos se recopilaron en La Poética, aunque sus estudios sobre la comedia nunca fueron encontrados.
Desde que estuvo en la Academia, El Maestro se interesó por la retórica, el arte de influir y convencer. Un arte que Sócrates y Platón veían con desdén ya que era utilizada por sofistas que no buscaban la verdad sino convencer o persuadir a cualquier precio. Aristóteles, por el contrario, vio en la retórica una forma efectiva de hacer llegar la filosofía al pueblo, y escribió un tratado sobre el tema que sigue siendo completamente actual.
Próximamente
En este artículo he hablado del personaje y de su influencia en Occidente, también he pasado por encima de sus ideas y sus escritos principales. En la segunda parte profundizaré sobre algunas de sus ideas más importantes, en concreto me centraré en las que todavía son vigentes e influyentes y de las que todos podemos aprender para ser un poco más sabios. ¡Suscríbete en la newsletter para no perdértelo!
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