Este es un artículo especial por dos motivos. En primer lugar porque está dividido en dos grandes partes. La primera, centrada en explicar la filosofía estoica, es obra de mi colega Sergio San Juan de El Rincón de Aquiles. La segunda la ha escrito un servidor. En ella explico el soporte que la ciencia y la psicología dan al estoicismo.
El otro motivo por el que es un artículo especial es porque sirve de ampliación y resumen de los dos podcasts sobre estoicismo que hemos grabado Sergio, David y yo. Sergio San Juan y David Valero son grandes conocedores y practicantes de la filosofía estoica. Mi conocimiento sobre estoicismo es básico, pero he estudiado en profundidad su base científica y psicológica.
Tanto si lees el artículo y luego escuchas los podcasts como si lo haces al revés, estará bien, pero te recomiendo que hagas ambas cosas porque son complementarios.
Primera parte (escrita por Sergio San Juan)
Puedes ver la charla que David, Sergio y yo tuvimos sobre este tema aquí:
Si prefieres escucharlo, hazlo en: iVoox, Spotify, Apple y Google.
Contexto en el que surge el estoicismo
Mueren Platón (347 a.C) y Aristóteles (322 a.C). Muere Alejandro Magno (323 a.C) y comienzan las guerras entre sus sucesores.
300 a.C Zenón funda la Estoa. Inicio del estoicismo.
Helenismo como forma de comprender el mundo, «actuar como griego». Civilización e ideales griegos impulsados por Alejandro Magno, con clara influencia de su tutor Aristóteles.
Una crisis desde la Guerra del Peloponeso (conflicto donde las ciudades griegas se enfrentaron entre si. Liga Delos vs Liga Peloponeso. El liderazgo de Atenas pasa a manos de Esparta). Esta crisis se ve acrecentada con la muerte de Alejandro Magno y la división entre sus sucesores del imperio macedónico.
Las filosofías que surgen durante este tiempo están enfocadas más al individuo:
– La filosofía helenística, de Carlos García Gual.
«para los filósofos del helenismo el ideal del sabio no tiene ya un destino cívico, sino apolítico; lo que se expresa a veces de un modo radical, como exponen los cínicos y, en menor medida los epicúreos; otras veces, queda un margen de compromiso social, como en algunos estoicos. Pero lo característico es que ahora se piensa en un individuo que puede vivir al margen de la colectividad cívica y ser feliz».
La autosuficiencia, era un común en las filosofías helenísticas. Trataban de recuperar la libertad de acción y decisión, perdida durante estos años. También vemos en las filosofías helenísticas un claro componente práctico. No solo consistía en aprender a pensar, también había que aprender a vivir.
Breve repaso de su evolución + renacimiento
El estoicismo es un sistema filosófico surgido en la caída del imperio macedónico. Los primeros estoicos, como su fundador Zenón de Citio, estaban interesados en todas las partes del sistema: física, epistemología, lógica, metafísica y ética. Bueno, más bien era el estoicismo. En la actualidad, el estoicismo es un enfoque práctico de la filosofía para navegar por los desafíos de la vida. De la filosofía original, apenas ha sobrevivido la parte ética.
Los romanos, años más tarde, cogieron esta filosofía y la revisitaron, dando así pie a un etapa de expansión. En esta época surgen sus mayores exponentes. Destaca el senador Séneca, el emperador Marco Aurelio, el esclavo Epicteto o el profesor de filosofía Musonio Rufo. Este periodo de expansión de la filosofía estoica, terminó con la muerte del emperador Marco Aurelio y el auge del cristianismo, que cogió muchas de las ideas del estoicismo.
¿Por qué ha renacido durante estos años?
Podríamos decir que el estoicismo es la filosofía de moda. En parte debido al contexto de incertidumbre en el que vivimos, donde el refugio en el individuo que plantea el estoicismo (aunque no se olvide de la parte social) ofrece una buena respuesta para vivir la vida (incluso da sentido a la vida de muchas personas).
El estoicismo se ha popularizado sobre todo en ámbitos como el deporte de élite y el emprendimiento. Una corriente de autores modernos, como William B. Irvine y Massimo Pigliucci, han revisitado el estoicismo romano, que ya es una modificación del estoicismo «original» (griego), para hacerlo más entendible. Otros autores como Tim Ferriss o Ryan Holiday, han conseguido dar a conocer esta filosofía a muchísimas personas a través de enfoques más divulgativos. Su expansión y adopción se debe en parte al contexto que vivimos y en parte a la practicidad de las ideas estoicas, de las que principalmente nos ha llegado la parte ética y sus herramientas para gestionar las emociones.
¿Qué es el estoicismo? + Los pilares de esta filosofía (eudaimonia, dicotomía del control, virtud y ataraxia)
Qué es el estoicismo
El estoicismo es una filosofía práctica que busca alcanzar la excelencia (eudaimonia) mediante la virtud y la ataraxia, actuando con virtud aquello que podemos controlar y aceptando (incluso amando que dirá luego Nietzsche) lo que se escapa de nuestro control.
Si hubiera que destacar una característica del estoicismo actual, sería su practicidad. («La principal razón para estudiar el estoicismo es que podemos ponerlo en práctica». – William B. Irvine.) El estoicismo actual, con un claro enfoque en la ética pretende dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿Cómo vivir una buena vida?
La meta, no solo para los estoicos, también para otras filosofías helenísticas, era alcanzar la eudaimonia. Aunque se traduce como felicidad, hace más referencia al florecimiento como individuo o la autorrealización. La eudaimonia se sustenta en otros dos pilares: la virtud y la ataraxia (concepto que añadieron los filósofos romanos).
La dicotomía del control
«La felicidad y la libertad comienzan con la clara comprensión de un principio: algunas cosas están bajo nuestro control otras no. Sólo tras haber hecho frente a esta regla fundamental y haber aprendido a distinguir entre lo que podemos controlar y lo que no, serán posibles la tranquilidad interior y la eficacia exterior».
Epicteto.
En estas líneas Epicteto nos explica uno de los principios fundamentales del estoicismo: la dicotomía del control. A partir de esta diferenciación, actuaremos con virtud en aquellas cosas que podemos controlar y aceptaremos las cosas que se escapan a nuestro control, incluso (¿por qué no?) las amaremos. Nietzsche
acuñaría años más tarde el término amor fati para esta actitud de los estoicos frente a lo que se escapa de nuestro control.
Actuar con virtud
Frente a lo que podemos controlar, los estoicos aconsejaban actuar con excelencia (areté/virtud) y acorde a nuestra naturaleza (enfoque moderno de actuar acorde a nuestra naturaleza: razón, capacidad de razonar del ser humano que nos diferencia del resto de animales + ser social, que se refleja en la virtud cardinal de la justicia.)
Dentro de la virtud, los estoicos diferencian cuatro virtudes cardinales:
I. Sabiduría (práctica): «la capacidad para navegar bien por las circunstancias diversas, complejas y con frecuencia contradictorias de nuestra vida». – Cómo ser un estoico de Massimo Pigliucci
Esta virtud la heredan de Sócrates: phrónesis o prudencia (los estoicos vienen de los cínicos. Su fundador Antístenes, fue discípulo directo de Sócrates y fundó la escuela cínica, de la que luego beberían los estoicos).
II. Templanza o moderación (en Invicto, Marcos Vázquez también la nombra como disciplina.) Esta cualidad es la que te permite hacer las cosas bien independientemente de las circunstancias.
III. Justicia: “una fuerza cívica que subyace en una comunidad sana” Definición de Pigliucci en Cómo ser un estoico. Parte social del ser humano. Usar a las personas como fines, nunca como medios. Tratar bien a las personas que nos rodean.
IV. Coraje: no es asumir riesgos, tampoco es no tener miedo. Coraje es ser capaz de hacer lo correcto pese al miedo.
Ataraxia
Ataraxia: tranquilidad, serenidad e imperturbabilidad. No hace referencia a la ausencia de emociones, más bien se refiere a mantener la calma a pesar de las emociones. Las filosofías helenísticas, entre las que está el estoicismo, la consideraban un ingrediente fundamental para alcanzar la eudaimonia.
Tres herramientas estoicas
Los estoicos propusieron muchas herramientas para gestionar nuestras emociones y vivir una buena vida. Además de la dicotomía de control (que es más un principio aunque se puede emplear como herramienta) aquí explicamos algunas de ellas que incluso han sido confirmadas como válidas por la ciencia.
Sabiendo que me dejo muchas en el tintero, propongo analizar estas 3:
Visualización negativa
Visualización negativa o praemeditatio malorum (premeditación de los males). Premorten de las empresas. Pensar en lo malo para valorar lo bueno. Pensar en lo malo que podría pasar para hacer todo lo posible para evitar que pase. Te ayuda a combatir la adaptación hedónica (adaptarte al placer) y a valorar más lo que tienes.
Te prepara en caso de que pase, porque no todos los desastres se pueden anticipar y prevenir.
Dicho popular de “no valoras lo que tienes hasta que lo pierdes”. Simular que lo pierdes para empezar a valorarlo.
Memento mori
Memento mori es un recordatorio de nuestra mortalidad que nos han legado los emperadores romanos. Origen en los desfiles cuando los generales y emperadores volvían de vencer en el campo de la batalla, un esclavo les recordaba su mortalidad. Te permite tomar perspectiva, priorizar tus acciones, relativizar el éxito y el fracaso, y aprovechar más el tiempo que te queda (que es limitado!). No es una excusa, porque total, vamos a morir. Es un enfoque “productivo/útil” de la muerte, donde saber que tienes fecha de caducidad, te sirve para aprovechar tu tiempo. Dentro de poco lanzaremos un artículo en El Rincón de Aquiles en torno al tema 🙂
Incomodidad voluntaria
Podemos hablar de la idea de antifragilidad (aunque no es un concepto estoico directamente) pero recoge bien esta idea de cómo te mejora lo que aparentemente es negativo para ti. El concepto hormesis también encajaría aquí (dosis hormética, dosis de incomodidad que te hace mejorar). Ejemplos: leer un libro retador, entrenar fuerza, ayunos, exposición al frío.
“Una gema no se pule sin fricción, al igual que un hombre no se perfecciona sin dolor”
Séneca
Fin de la primera parte
A continuación tienes la segunda del artículo que trata sobre las evidencias científicas que hay sobre los ejercicios y principios estoicos y su relación con la psicología cognitivo-conductual. Como complemento perfecto puedes escuchar la charla que tuvimos David, Sergio y yo en El Rincón de Aquiles. No te lo pierdas.
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Segunda parte (escrita por Val)
Llevo años escuchando hablar sobre estoicismo. Siempre me ha parecido una filosofía interesante y con la que podía estar cómodo. Y no debo ser el único porque el estoicismo está en un nuevo renacer. Dada mi mentalidad científica, me quemaba una pregunta: ¿tienen los ejercicios espirituales estoicos validez científica? ¿ha explorado la ciencia el impacto de la visualización negativa, la meditación reflexiva o la contemplación de la muerte? ¿Tienen sentido la dicotomía del control o el lema “sigue tu naturaleza” ahora que sabemos mucho más sobre nosotros y el universo?
En este artículo te cuento lo que he descubierto.
Puedes escuchar el capítulo del podcast El Rincón de Aquiles que complementa muy bien esta segunda parte del artículo aquí. o directamente en Spotify.
La terapia cognitivo-conductual
Investigando descubrí que la terapia cognitivo-conductual (TCC), un tipo de terapias muy utilizadas por los psicólogos clínicos (y unas de las que cuenta con más evidencia empírica en el tratamiento de la ansiedad), bebía en parte de las enseñanzas estoicas. También por cierto del budismo, el taoísmo y de la filosofía existencialista.
La TCC se basa en la premisa de que lo que pensamos influye en cómo experimentamos lo que nos ocurre. Por lo tanto, si cambiamos nuestra forma de pensar cambiaremos cómo nos sentimos y cómo nos comportamos. En realidad la relación entre sentimientos, pensamientos y comportamientos es muy compleja y se sabe que todos ellos se influyen mutuamente.
La realidad no te afecta, es cómo la interpretas
Epícteto tiene dos citas célebres que podrían ser suscritas, al menos en parte, por muchos psicólogos modernos:
“No nos afecta lo que nos sucede sino lo que pensamos de lo que nos sucede”
“Las cosas en sí no atormentan a los hombres, sino las opiniones que tienen de ellas”
Uno de los pilares del estoicismo es que nuestro sufrimiento procede de cómo interpretamos la realidad y no de la propia realidad. Esto, a priori, casa bien con lo que la psicología moderna nos cuenta. Sin embargo, mi impresión es que los estoicos olvidan que el pensamiento no siempre va por delante de la emoción. Hay emociones instintivas que surgen sin pensamiento previo y que influyen en nuestros pensamientos. Si vas solo caminando de noche y alguien te toca el hombro, te asustarás, incluso puede que golpees al extraño de forma instintiva.
Una interpretación caritativa de los estoicos es que querían decir que una vez ocurrido el suceso y hayamos desplegado nuestras emociones instintivas, pensaremos sobre lo que nos ha ocurrido y dichos pensamientos pueden influir en nuestras emociones.
El distanciamiento y la reestructuración cognitiva
En la TCC, uno de los primeros pasos es conseguir que el paciente se distancie de sus emociones; a esto los psicólogos le llaman distanciamiento cognitivo. Se trata de hacerle ver al paciente que su realidad y la realidad son cosas diferentes. Es decir, le ayudan a ser consciente de sus distorsiones cognitivas. Sólo partiendo de ahí puede empezar a reevaluar sus creencias.
Aún sabiendo que la relación entre emociones, pensamientos y comportamientos es más compleja de lo que pensaban los estoicos, acertaban en que muchas emociones proceden de cómo interpretamos los hechos. Por eso, varias técnicas de la TCC consisten en que el paciente reflexione sobre creencias erróneas y las reinterprete de un modo más acorde a la realidad. Por ejemplo, María podría estar tremendamente preocupada por un comentario intrascendente que le hizo su jefe en el trabajo. Empezará a darle vueltas y más vueltas llegando a la conclusión de que le despedirá el mismo lunes. La misión del psicólogo es invitarle a reflexionar sobre los motivos por los que se siente de esa manera y animarle a que interprete las palabras de su jefe de un modo más objetivo.
Los estoicos usaban el cuestionamiento socrático (preguntar con insistencia hasta desmontar las creencias irracionales), la vista de pájaro (tener una mirada más amplia de las cosas) y la representación objetiva (no hacer juicios de valor) para distanciarse de sus emociones y ver el mundo tal y como es.
“Juicio objetivo, ahora, en este momento. Acción racional, ahora, en este momento. Aceptación incondicional de todos los eventos externos, ahora, en este momento. Esto es todo lo que necesitas.”
Marco Aurelio
El diario
Otra herramienta de la terapia cognitiva conductual que usaban los estoicos, aunque de modo ligeramente distinto, es el uso de un diario. Séneca dijo:
“Cuando han retirado de mi vista la luz y se ha dormido mi esposa, conocedora ya de mis costumbre, examino toda mi jornada y repaso mis hechos y mis dichos: nada me oculto yo, nada paso por alto. ¿Por qué razón, pues, voy a temer algo a consecuencia de mis errores, cuando puedo decirme: “Mira de no hacer eso más, por ahora te perdono”.
El famoso libro que tantos nuevos estoicos leen y releen; Meditaciones, era el diario de Marco Aurelio. Reflexionar sobre sus pensamientos, errores y aciertos era sin duda una de sus prioridades.
Los psicólogos piden a sus pacientes que lleven diarios con objetivos muy variados, pero lo típico suele tener 3 o 4 columnas en las que el paciente escribe los pensamientos que ha tenido durante el día, en qué situación surgieron, cómo se sintió y cómo reaccionó. Con este ejercicio, la persona ansiosa o deprimida reflexiona sobre su miedos y preocupaciones y lo hace con la calma del final del día. Tomar distancia y consciencia es una de las claves de la TCC y también de la filosofía estoica.
La exposición
Cuando una persona tiene un miedo o una fobia, los psicólogos le animan a exponerse poco a poco a aquello que le aterra. Imagina que tienes fobia a las arañas. Lo primero que harías es sentarte, cerrar los ojos y pensar en una araña. Acercarte, tocarla y ver que no sucede nada. A continuación podrías ir a un zoológico a ver arañas de cerca pero con la seguridad de que no te pueden hacer nada. Por último, podrías coger una pequeña araña que sabes que es inofensiva. En cada uno de estos pasos se produce una desensibilización, y siempre y cuando no haya una experiencia negativa, la persona acaba interiorizando que las arañas no son tan terroríficas como pensaba.
Uno de los ejercicios de exposición a la incomodidad de los estoicos más conocido son las duchas frías, pero también exponerse a todo tipo de incomodidades: andar descalzo, dormir en el suelo, etc. Ambas técnicas buscan lo mismo: acostumbrarte a algo que te incomoda acostumbrarte a ello. Y por lo tanto, para aumentar tu grado de libertad.
“Quien siempre se protege del viento, cuyos pies están constantemente calientes y cuyas habitaciones permanecen aisladas del frio, peligrará al enfrentarse a la mínima brisa. Todos los excesos son malos, pero ninguno peor que el exceso de comodidad. Afecta al cerebro. Hace a los hombres perder la visión de la realidad y se vuelve nebulosa la separación entre lo verdadero y lo falso.”
Séneca
Entrenar la fuerza de voluntad
Los estoicos disfrutan de duchas frías y ayunos. Según ellos, eso les fortalece y les mantiene en contacto con el mundo real. Si has probado el hambre y el frío y has visto que no pasa nada, estás preparado para lo que acontezca.
Para someternos voluntariamente a este tipo de carencias necesitamos fuerza de voluntad y la voluntad se puede entrenar. El funcionamiento de la fuerza de voluntad es similar a la de los músculos: Se agota con el uso intenso y se fortalece con la repetición. Parece que si nos sometemos voluntariamente a un esfuerzo: ir a hacer deporte aunque no nos apetezca, pasar algo de frío, no comer cada vez que tengamos hambre, ese músculo misterioso se va fortaleciendo y lo podemos usar con más asiduidad. Esto es importante porque la fuerza de voluntad, junto con la inteligencia, parecen ser las dos capacidades más correlacionadas con el éxito en la vida.
Además de entrenarla, otra forma de poner a punto tu fuerza de voluntad es hacer ejercicio y meditar, ya que fortaleza el autocontrol.
Vivir el ahora
El poder del ahora fue mi libro favorito durante muchos años. Su mensaje era sencillo pero poderoso: para vivir con plenitud debes estar siempre presente. La meditación y el mindfulness han sido muy estudiadas por los científicos en las últimas décadas y han probado ser una vía para aumentar el bienestar, la salud, la conexión con los demás, etc.
Los estoicos, al igual que los budistas, ya eran conscientes de ello. Marco Aurelio en sus Meditaciones hacía énfasis en vivir en el presente ya que era lo único verdadero y real sobre lo que podíamos actuar. La prosoche te anima a ser consciente de tus pensamientos y emociones en todo momento para poder actuar virtuosamente.
“Toma este momento. Sumérgete en sus detalles. Responde a esta persona, este desafío, esta acción. Deja las evasiones. Deja de buscar problemas innecesarios. Es hora de vivir; para habitar por completo la situación en la que te encuentras ahora.”
Epícteto
Expresar gratitud
Múltiples estudios científicos sugieren que expresar y sentir gratitud está relacionado con mayor bienestar.
Los estoicos usaban la visualización negativa como técnica para sentirse agradecidos por lo que tenían. Este ejercicio consiste en imaginar que has perdido algo de lo que tienes: tu trabajo, tu reputación, tu salud. Se trata de un ejercicio que lucha contra la adaptación hedonista, esa manía que tiene nuestra mente de adaptarse a todo lo bueno (también a lo malo) que nos sucede una vez pasa el tiempo.
La visualización negativa también era utilizada por los estoicos como una estrategia para prepararse para todo lo malo que pudiera suceder. Según William B. Irvine, es “la técnica más valiosa en el conjunto de herramientas de los estoicos”.
La dicotomía y la tricotomía del control
La más famosa cita de Epícteto dice: “La felicidad y la libertad comienzan con la clara comprensión de un principio: algunas cosas están bajo nuestro control y otras no.”
Si bien es cierto que no sirve de mucho preocuparse por lo que no podemos controlar, la mayor parte de la gente se preocupa. Por otro lado, la dicotomía del control falla; como casi todas las dicotomías. En realidad, mucho de lo que parece bajo nuestro control, solo lo están parcialmente, y aquello que no parece estar bajo nuestro control, a menudo lo está, al menos parcialmente. Por ejemplo, Epícteto dice que la reputación escapa a nuestro control, pero no es cierto; podemos comportarnos en pro de protegerla (por ejemplo no traicionando a todo el mundo). También dice que lo que sentimos está bajo nuestro control, pero eso tampoco es cierto. Si bien podemos influir en nuestras emociones a través del pensamiento, no podemos controlar totalmente nuestro pensamiento y por lo tanto tampoco nuestras emociones.
La tricotomía de control propuesta por el filósofo William Irvine, plantea una opción más. Junto con lo que controlo al 100% y lo que no controlo en absoluto, hay muchas cosas están sólo parcialmente bajo nuestro control, lo que es más cercano a la realidad.
Vivir en consonancia con nuestra naturaleza
Esta enseñanza estoica parece buena a primera vista. Sin embargo, los estoicos pensaban que la naturaleza humana estaba marcada por la razón. Por lo tanto, para ser bueno, debías ser racional y entender cómo funciona el mundo. En otras palabras, ser sabio.
Sin embargo, ahora sabemos que la naturaleza humana es tan emocional (o más) que racional. ¿Siguiendo la máxima estoica deberíamos dejarnos llevar por nuestra naturaleza emotiva?. No es eso precisamente lo que promulgan los estoicos.
Por otro lado, los estoicos antiguos pensaban que la naturaleza tenía un destino, eso incluye a todos los seres humanos, y que para vivir en consonancia con ella, había que aceptar ese destino. Ahora sabemos que el universo no se preocupa por nosotros y que no hay tal cosa como un bien natural. El filósofo Lawrence Becker, recientemente fallecido, que pertenecía al movimiento estoico moderno señaló estas fallas en el estoicismo antiguo. Como sustituto del lema “Seguir la naturaleza”, Becker propone otro enfoque:
«Seguir la naturaleza significa seguir los hechos. Significa obtener los hechos sobre el mundo físico y social que habitamos, y los hechos sobre nuestra situación en él […] antes de deliberar sobre cuestiones normativas. Significa enfrentar esos hechos, aceptarlos por lo que son exactamente, ni más ni menos, antes de sacar conclusiones normativas de ellos. Significa hacer ética a partir de los hechos construyendo proposiciones normativas a posteriori. Significa ajustar esas proposiciones normativas para adaptarse a los cambios en los hechos, y aceptar esos ajustes por exactamente lo que son, ni más ni menos. Y significa vivir dentro de los hechos, dentro del ámbito de la norma real más que hipotética»
¿Estoicismo excluyente?
El estoicismo parece una filosofía para unos pocos. La sabiduría se adquiere con el estudio y no todo el mundo puede estudiar. La tranquilidad y la imperturbabilidad no están al alcance de todos. Hay personas con personalidades neuróticas, intranquilas y preocupadas a las que las virtudes estoicas les pueden parecer inalcanzables.
Lawrence Becker también señala que hace falta un mínimo de salud física y psicológica, así como cierta seguridad económica para poder desarrollar la filosofía estoica. Yo opino exactamente igual.
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